CRITERIOS DE VERDAD,
RESPONSABILIDAD E INDEPENDENCIA EN EL EJERCICIO DEL PERIODISMON EN UN ENTORNO
CONTROLADO Y REGULADO”.
Los diferentes medios de comunicación ciertamente tienen su política ya definida, tanto privados como públicos.
Se dice que la ética y la moral del periodista siempre tiene que estar
presente, pero nadie sabe la realidad que vive el periodista hoy en día, muchas
veces está a las órdenes de los dueños quienes eligen la agenda de cobertura.
Eso no quiere decir que la información puede ser manipulada, ahí
está el carácter y la profesionalidad del periodista.
El Problema de la Obligación Moral. Está estrechamente
relacionado con el aspecto de los valores, ya que por lo regular se dice que lo
que se hace por obligación, ni se hace bien y, por lo mismo, pierde todo
mérito; mientras que cuando se realiza por convencimiento e iniciativa propios
adquiere valor moral. Con esto se entiende que la obligación moral le quita al
hombre la única posibilidad de ser el mismo, de acuerdo con su propia moralidad
y con su propio criterio. Sin embargo, una cosa es la obligación entendida como
corrección externa y otra como la obligación basada en la presión interna que
ejercen los valores en la conciencia de una persona.
Los medios de comunicación, por siempre, han tenido un lugar
preponderante dentro de todas las sociedades, y en todos los tiempos, de tal
suerte que en la actualidad esta no se explica sin aquellos. La razón radica en
la vitalidad de los medios en cuanto al impacto, alcance y penetración de la
diversidad de sus productos, mensajes, formas y contenidos.
Desde esta perspectiva, es importante considerar los
escenarios en que los medios masivos de comunicación impactan en la sociedad
consumidora, desde niños y adolescentes, hasta jóvenes, adultos, amas de casa,
profesionistas, familias enteras, entre otros destinatarios de los mensajes,
por medio de los diversos productos mediáticos que produce, tales como
caricaturas, series policíacas, programas juveniles, cómicos, telenovelas, de
concursos, de opinión, deportivos, noticiarios, documentales, realitis show,
talk show, documentales, reportajes, crónicas, editoriales y artículos, entre
otros más.
En este sentido, tanto los medios impresos (periódicos y
revistas) como los electrónicos (televisión y radio) juegan un importante papel
para orientar, informar y formar opinión en sus lectores, radioescucha y
televidentes, a través de la diversidad de sus programas y contenidos,
procesados en la variedad de géneros y formatos.
La crítica ciudadana debe ser fomentada desde diferentes instancias,
empezando por las políticas estatales orientadas al desarrollo de ella y de una
alfabetización mediática: solo audiencias formadas serán selectivas y exigentes
con respecto a la calidad de la oferta
mediática, solo así entendemos la fiscalización o control ciudadano de los medios.
Es una ciudadanía activa que, además, fortalece la libertad de expresión entendida indefectiblemente en su doble
dimensión: como derecho, de todos, y como obligación, la de asumir ese derecho con
responsabilidad social.
Así, la responsabilidad social de los medios tiene que ver con la
obligación de dar una información de calidad y ética: plural, equilibrada,
verificada, sin censura previa, pero con
responsabilidad ulterior, independiente de todos los poderes, del político pero
también del económico, del mercado, de
los anunciantes y poderes fácticos, pero nunca independiente, como dice Javier Darío
Restrepo, “de los derechos de quienes reciben
esa información”. En la situación actual de nuestro país, incluyendo a los medios públicos, ¿esto se cumple?
En suma, a nombre de la libertad de expresión, si somos
consecuentes, los medios están obligados
a dar esa información de calidad, el Estado a garantizarla y los ciudadanos a exigirla. He aquí la acción
ciudadana como opción fiscalizadora y como homenaje a la libertad de expresión entendida
en esa doble dimensión.
